Bruxismo – Tratamiento

Introducción

El tratamiento de los síntomas musculoesqueléticos del bruxismo, especialmente orientado a la reducción del espasmo muscular y el dolor, requiere un enfoque estructurado y basado en la evidencia para abordar las complejidades de este trastorno multifactorial.
El tratamiento se divide en dos fases clínicas principales: una fase inicial de inhibición del dolor y el espasmo muscular, donde el objetivo principal es reducir la hipersensibilidad de los músculos masticatorios y restaurar la funcionalidad básica; y una fase de readaptación y potenciación funcional, destinada a reforzar y optimizar la musculatura para soportar las cargas asociadas a la actividad mandibular. Este planteamiento integral combina técnicas manuales, procedimientos mínimamente invasivos y ejercicios terapéuticos para lograr una mejora sostenida y prevenir la recaída en el dolor crónico o la disfunción.

Primera fase del tratamiento del bruxismo: Inhibición del espasmo muscular y el
dolor

La primera fase del tratamiento musculoesquelético del bruxismo tiene como objetivo principal aliviar el dolor y reducir el espasmo muscular a través de intervenciones específicas, basadas en evidencias científicas y con un enfoque personalizado. Esta fase no solo busca el control inmediato de los síntomas, sino también establecer las bases para una recuperación funcional progresiva y evitar complicaciones como la disfunción crónica de la articulación temporomandibular o el empeoramiento de las alteraciones
miofasciales.

Terapia manual orofacial: La terapia manual orofacial es una intervención clave en esta fase, que incluye técnicas de masaje y movilizaciones dirigidas a los músculos masticatorios, así como estiramientos miofasciales. Estas técnicas no solo reducen el tono muscular, sino que también mejoran la circulación sanguínea local y liberan adherencias fasciales que pueden contribuir al dolor y la rigidez mandibular. Los
estudios han demostrado que la terapia manual aplicada al masetero, el temporal y el pterigoideo puede reducir significativamente los niveles de dolor y aumentar la amplitud de movimiento mandibular. Por ejemplo, en pacientes con bruxismo del sueño y trastornos temporomandibulares, se ha observado una disminución de la actividad electromiográfica de los músculos masticatorios después de varias sesiones de masaje y estiramientos miofasciales. Estas técnicas también son beneficiosas para reducir la sensibilidad de los puntos gatillo miofasciales, que son zonas de tensión muscular frecuentemente encontradas en pacientes con bruxismo. Una intervención manual bien diseñada puede relajar estos puntos, mejorando la función masticatoria y reduciendo síntomas como cefaleas o dolor referido.

Punción seca ecoguiada: La punción seca es una técnica mínimamente invasiva ampliamente utilizada en la gestión del dolor miofascial. En el caso del bruxismo, esta técnica es especialmente efectiva para desactivar puntos gatillo en los músculos masetero superficial, profundo y pterigoideo medial. El uso de ecografía en esta práctica es fundamental para mejorar la precisión y evitar complicaciones, como la punción innecesaria de la glándula parótida o de otras estructuras adyacentes sensibles. La
ecoguiada permite identificar con detalle la anatomía de los músculos implicados y monitorizar la inserción de la aguja, asegurando que se dirige exclusivamente al tejido objetivo. Esta precisión es especialmente importante en el pterigoideo medial, un músculo situado en proximidad de la glándula parótida y otras estructuras neurovasculares críticas. Los estudios han demostrado que la punción seca ecoguiada reduce significativamente el dolor y mejora la amplitud de movimientos mandibulares,
con un mínimo riesgo de efectos adversos.

Neuromodulación de la rama auriculotemporal del trigémino: La neuromodulación de la rama auriculotemporal del nervio trigémino representa una opción terapéutica innovadora para la gestión del dolor asociado al bruxismo. Esta técnica se basa en la estimulación eléctrica transcutánea dirigida a modular la actividad nerviosa de la rama auriculotemporal, que inerva gran parte de la musculatura y estructuras asociadas con el movimiento mandibular. La aplicación de técnicas como la TENS (Transcutaneous Electrical Nerve Stimulation) ha demostrado reducir significativamente los niveles de
dolor y la tensión muscular en pacientes con disfunción temporomandibular y bruxismo. Además, la estimulación de esta rama del trigémino puede tener efectos beneficiosos sobre la hiperactividad muscular asociada al bruxismo, interrumpiendo las señales de dolor y promoviendo la relajación refleja de los músculos implicados.

Sistema superinductivo: El sistema superinductivo, una tecnología basada en campos electromagnéticos de alta intensidad, ha surgido como una herramienta innovadora en el tratamiento del espasmo muscular asociado al bruxismo. Este sistema actúa estimulando las fibras musculares profundas, facilitando la relajación del músculo y reduciendo el espasmo sin necesidad de intervenciones invasivas. Además, tiene la ventaja de alcanzar grupos musculares profundos como el masetero profundo o el pterigoideo, que a menudo son más difíciles de tratar con técnicas manuales u otras modalidades. Estudios recientes han demostrado que esta técnica puede mejorar la movilidad mandibular, reducir la intensidad del dolor y disminuir los episodios de espasmos musculares en pacientes con bruxismo y disfunciones temporomandibulares. Su aplicación es bien tolerada por los pacientes y ofrece resultados sostenibles después de un ciclo de tratamiento de varias sesiones.

Ejercicios de respiración basados en la metodología Buteyko: Los ejercicios de respiración inspirados en la metodología Buteyko son una herramienta efectiva para modular la actividad simpática del sistema nervioso autónomo, que a menudo se encuentra hiperactivada en pacientes con bruxismo. Esta metodología se basa en técnicas de respiración lenta y controlada, con un enfoque en la exhalación suave y el mantenimiento de una respiración nasal funcional. Esto ayuda a reducir la hiperventilación y mejora la eficiencia del intercambio gaseoso, promoviendo un estado más equilibrado del sistema nervioso. En el contexto del bruxismo, la respiración Buteyko ayuda a disminuir la activación simpática que puede contribuir a la tensión muscular y el espasmo. Las técnicas de respiración diafragmática profunda, combinadas con pausas respiratorias controladas, pueden reducir la frecuencia cardíaca y promover la relajación general, creando un entorno más favorable para la resolución de los síntomas musculoesqueléticos.

Segunda fase del tratamiento del bruxismo: Readaptación y potenciación funcional

La segunda fase del tratamiento del bruxismo se centra en la readaptación y potenciación funcional de la musculatura masticatoria, un proceso crucial para restaurar la fuerza, el tono muscular y la resistencia necesarios para afrontar las cargas asociadas al bruxismo.
Esta fase es esencial no solo para prevenir recaídas en patrones disfuncionales, sino también para asegurar una mejora sostenida en la calidad de vida del paciente. Las intervenciones se basan en un enfoque progresivo e individualizado, utilizando herramientas diagnósticas y terapéuticas avanzadas para monitorizar y optimizar los resultados.

El test de los seis minutos de masticación: Este test es una herramienta diagnóstica funcional que permite evaluar la resistencia y la eficacia de la musculatura masticatoria en condiciones sostenibles. Durante este test, el paciente mastica un material estándar (como un chicle) de manera continua durante seis minutos, mientras se observan factores como la fatiga, la simetría muscular y la coordinación. La prueba ayuda a identificar debilidades específicas o asimetrías en la actividad muscular y establece las bases para diseñar un programa de readaptación. Los resultados del test se analizan mediante una valoración subjetiva del paciente, que puede complementarse con electromiografía de superficie (EMG). La EMG permite monitorizar en tiempo real la actividad muscular y detectar desequilibrios o hipofunciones en músculos clave como el masetero o el temporal. Esta información es crucial para personalizar los ejercicios terapéuticos y supervisar el progreso a lo largo del tratamiento.

Ejercicios terapéuticos isométricos y concéntricos: Los ejercicios terapéuticos son el pilar fundamental de esta fase de potenciación funcional. Se priorizan dos modalidades principales:

1. Ejercicios isométricos: Los ejercicios isométricos consisten en la contracción estática de los músculos masticatorios sin movimiento mandibular, promoviendo un aumento en el tono muscular y la resistencia. Estos ejercicios son especialmente efectivos para fortalecer la musculatura debilitada sin sobrecargar la articulación temporomandibular, lo que reduce el dolor y mejora la funcionalidad general. La evidencia científica respalda el uso de ejercicios isométricos para mejorar la fuerza muscular y disminuir el dolor miofascial en pacientes con disfunciones temporomandibulares y bruxismo. Además, estos ejercicios contribuyen a la estabilización de la articulación temporomandibular, facilitando una mejor capacidad funcional a largo plazo.
2. Ejercicios concéntricos: Los ejercicios concéntricos implican movimientos controlados de apertura, cierre mandibular y diducción bajo resistencia. Estas actividades son útiles para mejorar la coordinación y eficiencia muscular, así como para restaurar la funcionalidad masticatoria. La combinación de ejercicios isométricos y concéntricos ha demostrado ser efectiva para reducir la debilidad muscular y mejorar la calidad del movimiento mandibular.

Trabajo de cargas progresivas con gomas de masticación: La readaptación funcional también incluye el uso de gomas de masticación de resistencias variables, que permiten un entrenamiento progresivo y seguro de la musculatura masticatoria. Estas gomas se utilizan para incrementar la carga de trabajo de los músculos de forma controlada, ajustada a las necesidades de cada paciente. Las cargas iniciales se determinan a partir del test de los seis minutos y la EMG para establecer niveles óptimos de activación
muscular y prevenir la sobrecarga. Durante las sesiones, el uso de biofeedback simultáneo permite al paciente monitorizar la activación muscular en tiempo real, corregir asimetrías y mejorar la eficiencia del trabajo masticatorio. Este entrenamiento progresivo facilita una adaptación neurofisiológica que garantiza que los músculos puedan soportar cargas funcionales sin desencadenar dolor ni espasmos.

Conclusión

La combinación de estrategias como el test de los seis minutos, ejercicios isométricos y concéntricos, y cargas progresivas con gomas de masticación proporciona una base sólida para la readaptación y potenciación funcional de los músculos masticatorios. Este enfoque multimodal no solo reduce los síntomas inmediatos del bruxismo, sino que también mejora la calidad de vida y previene recaídas, asegurando una recuperación funcional sostenible.

Fisioterapeuta ColFiCat: 4545 / Osteopata DO MROE: 544
Miembro de la Sociedad Española de Disfunción Craneomandibular y Dolor Orofacial (SEDCYDO)
Miembro de la Sociedad Española del Sueño (SES)

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